Hace ya 37 años que los nombres de Doc y Marty, Marty y Doc, van irremediablemente unidos para millones de cinéfilos de todo el planeta. Son los de los protagonistas de la saga Regreso al Futuro, la película dirigida por Robert Zemeckis que se convirtió en un inmenso éxito de crítica y público: costó 19 millones de dólares y, solo en su fin de semana de estreno, logró más de 11 en taquilla en EE UU y Canadá. Tuvo dos secuelas, en 1989 y 1990. Además de un divertido guion y un puñado de efectos especiales, lo que atrajo a los espectadores fue, en buena parte, el carisma de sus protagonistas: el chiflado científico Doc, al que daba vida Christopher Lloyd, y la pícara inocencia de Marty McFly, con un Michael J. Fox que gracias a la cinta alcanzó el estrellato de Hollywood. Ahora, casi cuatro décadas después, los dos protagonistas se han vuelto a reunir y han hecho alarde de esa buena sintonía que les caracteriza.
Lloyd y Fox —que se reunieron hace siete años en el programa de Jimmy Kimmel— se han juntado esta vez en el escenario de la Comic Con de Nueva York, la principal convención de cómic de la ciudad, para compartir una charla con centenares de fans y revivir, con ciertas dosis de nostalgia, un pedazo de Regreso al Futuro. “Me habéis dado toda mi vida”, agradecía Fox a los asistentes, que llenaron hasta reventar una sala que les recibió con una sonora ovación. Ambos reconocieron que el reparto de la cinta estuvo “muy bien elegido”, y que entre los dos hubo “una química instantánea” en el set de rodaje, algo que les ayudó a que sus personajes también la tuvieran. “La mejor parte de la película fue trabajar con Chris”, reconoció Fox, que calificó a su compañero de “sencillamente, un genio”. Fox, de 61 años, desveló que llamaba a Lloyd (a punto de cumplir los 84), “el rey de las explicaciones”, porque tiende a explicar muy bien las cosas, al detalle, y que es un gran orador y nadie se aburre escuchándolo.
Christopher Lloyd explicó que Michael J. Fox se incorporó a la película cuando ya llevaban mes y medio de rodaje, y el actor que iba a interpretar a Marty McFly abandonó el proyecto. “Apenas he podido aguantar las primeras seis semanas, ¿y ahora tengo que volver a hacerlo?”, recordó que había pensado entonces. Sin embargo, la química que surgió entre ellos facilitó enormemente las cosas.
Fox también recordó alguna anécdota, como que le pidieron aprender a tocar la guitarra... y que lo hizo encantado, porque así podía impresionar a las chicas, comentó entre risas. Además, explicó que rápidamente se dio cuenta del gran carisma de su compañero de reparto. “Es brillantemente entretenido... Estaba en el set y me dije: ‘Tengo que cuidarme las espaldas, porque este tipo me va a hacer sombra en la pantalla”.
Michael J. Fox también quiso tener unas palabras acerca de la enfermedad de párkinson, con la que lidia desde hace 30 años y de la que habla abiertamente en charlas, conferencias y hasta en un libro de memorias (”No le temo a la muerte”, confesó el pasado año en una entrevista). “El párkinson es un regalo, no lo cambiaría por nada”, afirmó, explicando que su coprotagonista en Regreso al Futuro también le había ayudado con ella. “Personas como Chris han estado ahí siempre para mí, y muchos de vosotros también lo habéis hecho. No se trata de lo que tengo, se trata de todo lo que me habéis dado: la voz para hacer esto y ayudar a la gente”. De hecho, Fox creó una fundación que lleva su nombre porque, explicó, su intención era ayudar a quienes, como él, la sufren.
Tras casi tres décadas actuando a la par que conviviendo con la enfermedad, a principios de 2020 el actor dio a conocer que su intención era dar un paso atrás en el mundo de la interpretación. “Mi momento de dedicar 12 horas de trabajo al día, de memorizar siete páginas de diálogo, ya quedó atrás. Al menos por ahora”, aseguraba en sus memorias, tituladas No Time Like Future (No hay otro tiempo mejor que el futuro). “Siendo justo conmigo mismo, con productores, directores, editores y con los pobres atribulados supervisores de guion, por no hablar de los actores que merecen un poco de paz, me dispongo a entrar en un segundo retiro”, en referencia al primero, tras conocer su enfermedad a finales de los ochenta.